“Qué alegría escuchar de nuevo a los Pretenders”. Una frase sencilla que vaticinó el inesperado regreso del mejor grupo del planeta.
Chrissie Hynde estaba trabajando en un proyecto en solitario con Dan Auerbach (The Black Keys) en el estudio de éste en Nashville cuando se dieron cuenta de que esas guitarras poderosas, arreglos arrolladores y letras intensas interpretadas por la voz más reconocible de una generación sonaban absolutamente familiares. Solo podía significar una cosa: Pretenders habían vuelto.
No fue algo pensado, sino que surgió de forma natural. “Estas cosas pasan. Solo es un nombre”, dice Chrissie Hynde, con la tranquilidad y el estilo que la caracterizan.
Treinta y seis años después de que el primer disco de Pretenders viera la luz, el nuevo álbum Alone podría definirse como la hermana mayor, más sabia y más malota de su apasionante debut. Y eso es algo muy bueno.
“Ha sido divertidísimo”, comenta Chrissie Hynde. “Me he quedado alucinada. En serio. Cada vez que lo oigo me parto de risa. En mi opinión, si te ríes es rock and roll. No sé cómo lo hemos hecho, pero suena a clásico. Supongo que el equipo salió al campo y marcó varios goles, yo qué sé”.
El equipo, como llama Hynde a “la gente de verdad que toca instrumentos de verdad”, lo componen el antiguo bajista de Johnny Cash, Dave Roe, y el guitarrista de country Kenny Vaughan, además de algunos de los miembros del proyecto paralelo de Dan Auerbach, The Arcs: Richard Swift a la batería, Leon Michels en los teclados y Russ Pahl creando florituras desde la pedal steel.
Auerbach ha llevado las riendas como capitán, productor, multi instrumentalista (hace verdaderas virguerías con la guitarra eléctrica) y supervisor. Las mezclas han corrido a cargo de Tchad Blake, quien consigue que “algo que suena alucinante suene todavía más guay” según Hynde.
Ha sido tiempo bien invertido, porque estas canciones suenan de lujo. ‘Alone’, el single que da título al disco, aborda los placeres de la soledad desde una perspectiva arriesgada. Aunque ‘Alone’ se distingue por su aproximación al tema y enamora con su interpretación, las letras más impactantes del disco aparecen en ‘I Hate Myself’, en el que la cantante desnuda su alma. Por otro lado, ‘The Man You Are’, en apariencia una canción romántica, habla del rechazo que siente hacia la gente que se pasa el día pensando en el dinero. La resignación romántica es una constante en todo el disco, en baladas como la melancólica ‘Blue Eyed Sky’ y la nostálgica ‘One More Day’. Incluso ‘Roadie Man’ respira deseo. El humor incisivo de Hynde encaja estupendamente con la impaciente y aplastante ‘Gotta Wait’ y los acordes indignados de ‘Chord Lord’. La única colaboración de Alone es Let’s Get Lost’, una súplica seductora escrita con Amanda Ghost y Dave McCracken. Duane Eddy toca la guitarra en ‘Never Be Together’, en la que la elegante aportación del genio de 78 años articula el seductor sonido de válvulas vintage y misterio que recorre el disco. ‘Death Is Not Enough’, compuesta por Marek Rymaszewski, es sensacional se mire por donde se mire.
“El disco habla mucho de la muerte”, comenta la cantante. “El primer tema, ‘Alone’, termina en un cementerio hablando con una persona que ha fallecido. La penúltima ‘Death Is Not Enough’, me suena como a estar hablando con alguien que está en un ataúd. Así que el disco empieza y termina con el tema de la muerte.”
Morrissey, su compañero de batalla y aliado, considera que estar solo es un “privilegio” y sostiene que estar solo no significa sentirse solo. “No obviemos el hecho de que la soledad es una epidemia en nuestra sociedad”, comenta Hynde.