Antonio Orozco. Verdaderamente único
Lo conseguido por Antonio Orozco en la segunda temporada de la gira “Único” está al alcance de muy pocos. Las cifras arrojadas por este tour son apabullantes. Han sido 111 conciertos consecutivos con las entradas agotadas y con más de 130.000 espectadores disfrutando del espectáculo. Impresionante, como les decíamos.
Tan excepcional gira merecía un remate a la altura de las circunstancias. Y eso, precisamente, es lo que hemos podido vivir esta noche en el Teatro Real de Madrid –también con el cartel de sold-out en la ventanilla– durante la cuarta jornada de Universal Music Festival 2019, todavía con el recuerdo del increíble concierto matinal que el de L’Hospitalet protagonizo hace un par de años en este mismo ciclo.
“Único” hace honor a su nombre. El público más madrugador ha sido recibido con la proyección de “Plan 9 from Outer Space”, del inefable Ed Wood –conocida como “La peor película jamás rodada”– y por una pareja de simpáticos acomodadores. La puesta en escena del show tampoco es convencional. Aúna cine, stand-up comedy, teatro –participan los actores Ángela Puertas y Albert Riballo– y por supuesto música, realizando un singular recorrido por la obra del barcelonés.
Orozco y su engrasado equipo han empezado suave, en una intimidad compartida por más de 1700 almas. “Mi héroe” ha sonado matizada tan solo por el piano. Y “Podría ser”, ya con el apoyo de su banda, la ha finalizado a capela en un mar de respetuoso silencio. Los asistentes han mostrado una entrega incondicional, que ha aflorado con fuerza en “Devuélveme la vida”, una de las canciones señeras del repertorio.
El gran protagonista de la noche ha advertido a los asistentes de que no iban a ver un concierto al uso. Luego ha dado rienda suelta a su vis cómica –la naturalidad es una de las principales bazas con que juega sobre las tablas– recordando cómo se gestó este inusual proyecto. El turno de “Moriré en el intento” ha sido intenso y ha permitido apreciar el trabajo de su banda a pleno rendimiento voltaico, al igual que “El viaje”, que ha marcado uno de los puntos cimeros del recital.
Consciente de que su obra está inscrita en una tradición, agradecido a las fuentes que han alimentado desde siempre su voz artística, ha interpretado una versión de “En el lago” –popularizada por los sevillanos Triana a mediados de los setenta– acompañado con cajón y acústica. Lo ha hecho con muchísima emoción y dejando fluir la indudable flamencura que anida en su voz.
La recta final ha sido vibrante y le ha permitido liberar toda la energía escénica que caracteriza sus conciertos. Los riffs de “Mírate”, trenzados por las guitarras de PJ Hermosilla y John Caballés, han precedido a la poderosa y melódica “Te esperaré” –con guiño a “Seven Nation Army” de The White Stripes– la cual ha desembocado en apoteosis de aplausos. En el bis, con su hijo Jan marcando el compás sobre el cajón, ha tocado “Una y otra vez”. Y ya a solas con la guitarra se ha despedido con “Estoy hecho de pedacitos de ti”, alargando la despedida de esta noche tan especial, cerrando una etapa de su trayectoria que va a quedar para siempre en la memoria de los fans.